Como resultado, Ultimate es la evolución lógica de lo que los avances debían haber supuesto para algunos juegos, lo que algunos a estas alturas habíamos descartado tener, todo lo que Ghosts and Goblins habría sido de no cruzarse modas y planteamientos dogmáticos en los últimos años del videojuego.
El añadido de opciones crea un conjunto de ítems en forma de armas, armaduras, escudos y hechizos de los que valernos sin complicaciones y configurado con amplitud, los distintos estados por los que pasa nuestro personaje (deformado y transformado en múltiples sortilegios) responden a la misma idea: realizar una revisión exaltada de su concepto sin llegar a saturar y con fidelidad. El mérito misterioso: haberlo realizado con una corrección tan equilibrada, tan sopesada, que deja al usuario de aquellos tiempos con una satisfacción profunda.
Desde el primer momento, la propia intro es comedida en introducciones, se desarrolla con el propio engine que manejaremos segundos después (sin esperas, sin engaños: classic 100%) para dejarnos abandonados entre tumbas tal y como recordábamos hacer en Ghouls and Ghosts. La densidad de enemigos -la mayoría novedosos pero cortados con el mismo patrón- es tal que, rozando la saturación nos obliga a avanzar lentamente, y sólo la generosidad con las vidas en el nivel normal nos permite superar una fase en las primeras partidas.
Más, más, más
Fiel a su filosofía, la curva de dificultad empieza golpeando fuerte y la capacidad de atraernos sigue cimentándose en el cuidado de detalles, en lo mismo que logró desde las primeras recreativas desde la ambientación. A pesar de que ahora ya no existe esa capacidad novedosa de impactar, su riqueza de animación y luminosidad, el hecho de recordar las emociones que inspiró una vez al usuario más talludito, consiguen que sus melodías y escenarios vuelvan a ser atractivos e imponentes para sumergirnos en su oscuridad. Los decorados no llegan a la variedad impactante de alguna de las entregas anteriores pero su elaboración se ha basado más en la acumulación de secretos para subir el índice de rejugabilidad.
Podría decirse que Ultimate Ghosts and Goblins representa para su saga, sin entrar en el remake, lo mismo que New Super Mario BROS para la del orondo fontanero. Una actualización y modernización que lleva a su nombre a una categoría mucho más elevada que la del remedo, lo suficiente atractiva para seducir hasta la médula al usuario veterano y como para que el nuevo jugador sepa que hay formas distintas a las que los últimos tiempos llevan mostrando recurrentemente. Y que pueden ser terriblemente divertidas.