Dragon Ball ha estado presente en decenas de videojuegos para multitud de plataformas distintas, con títulos más o menos acertados. Todos recuerdan con nostalgia aquel "Dragon Ball Z: Bu Yuu Retsuden" para Mega Drive, o el "DBZ Super Butouden 2" para Super Nintendo, mientras que el salto a las tres dimensiones con "Dragon Ball GT Final Bout" quizá no fuera del agrado de todos. Puede que los aficionados al cómic original y al anime esperaran otro grado de ‘realismo’, de acercamiento al espíritu de la serie. Con la llegada de Dragon Ball Z Budokai para PS2, Dragon Ball se abría un nuevo camino. Hasta su tercera entrega, cada nuevo lanzamiento respondía más y más a las demandas de los jugadores. Con más personajes, más historias, más escenarios, más tecnicas y mejores controles, Budokai 3 llegó a contar incluso con una edición especial con las voces originales japonesas. Dragon Ball disponía ya de un juego de lucha rápido, adictivo en modo multijugador, que hacía las delicias de cualquier entusiasta de la serie, pero que también despertaba simpatía en los neófitos. ¿Qué más podía necesitar?
La respuesta llegó con Dragon Ball Z Budokai Tenkaichi, una propuesta diferente que daba un giro de tuerca a los anteriores Budokai. Con una perspectiva de cámara nueva (no lateral, la convencional de los videojuegos de lucha, sino situada a espaldas del personaje, ofreciendo más campo de visión), dos nuevos tipos de energía (ki y ráfaga), escenarios amplios, y más tortazos que en los tres juegos anteriores. Sí, esto comenzaba a parecer realmente un episodio de la serie original. Algún fallo con las cámaras, algún receso en los controles que parecía haber sido superado en Budokai 3, pero el espíritu de lucha Dragon Ball estaba ahí, con combates en los que los lanzamientos y los golpes que proyectan al enemigo a decenas de metros de distancia se sienten con toda su fuerza.
Y como una fe de erratas aparece Dragon Ball Z Budokai Tenkaichi 2, conocido en Japón como Dragon Ball Z: Sparking! Neo. De gráficos y maneras similares a las de su predecesor inmediato, incorpora mejoras cruciales que lo transforman en un juego totalmente distinto. No será el título definitivo de Dragon Ball (ni nunca existirá), pero sus casi 130 personajes, entre los básicos y sus formas superiores, que incluyen a algunos de los más conocidos (como Pan o las versiones ‘ozharu’ –mono- de los Saiyans) nos gritan lo contrario.