Lanzamiento estrella de la Gamecube, viene a ser el mejor reflejo a día de hoy del espíritu Star Wars, un título que hará las delicias de todos aquellos que alguna vez soñaron con participar en las aventuras de Luke Skywalker y compañía.
Puede que nos encontremos ante uno de los mayores filones en cuanto a adaptaciones de cine a videojuego, ante uno de esos que incomprensiblemente nunca se acaban de aprovechar, y que con el paso de los años -muchos- va acumulando títulos de muy distintos niveles pero que nunca terminan de convencer.
Es incuestionable que en el contexto del estreno del Episodio II, LucasArts tiene marcados todos los lanzamientos de la temporada, y que con semejante repertorio multi-plataforma, alguno de ellos debería llegar especialmente lejos.
Y quien sabe, tal vez podría conseguir saciar, iluminar ese lado oscuro del apasionante mundo belicoso-espacial que es el de la faceta de los videojuegos, y en ese caso conseguiría llegar al corazoncito galáctico de todo fan empedernido que siempre soñó emular a sus héroes en el salón de su casa.
La llegada del cubo de Nintendo ha ofrecido un catálogo de juegos que, en comparación con sus rivales directas y el repertorio de salida de las mismas, es bastante más que satisfactorio. Si añadimos a la variedad de géneros tener dos o tres juegos verdaderamente apetecibles, y lo redondeamos con una aparición destacada en forma de auténtico juegazo, da para quedarse bien ancho, y en ese sentido Nintendo puede estar tranquila: todo esto lo tiene. Y como se puede adivinar, la última de estas aportaciones, la del auténtico juegazo, le corresponde al título que ahora analizamos, una maravilla gráfica y sonora que entra por los sentidos, y que con la ayuda de misiones perfectamente recreadas, pone unos cimientos sobre los que se construye una gran aventura. Una gran aventura a la altura de las circunstancias.
El juego
Es bueno empezar reconociendo la imperfección del producto. No todo van a ser halagos y alabanzas por el mero hecho de que quien os escribe se haya sentado delante de la pantalla, y con el ultra-ergonómico y agradecido mando de la GC, haya llegado a sentirse durante unos minutos verdaderamente valiosos el amigo Luke Skywalker (o mejor, Han Solo).
El caso es que pese al apartado gráfico que es tan impactante como parecía en las muestras que se nos iban ofreciendo del juego, no se han podido evitar ciertas ralentizaciones que se ceban de forma muy especial con las opciones de entrenamiento. Siendo parte de esa primera remesa de juegos para una máquina, en una función complicada donde quienes primero se adentran en terreno virgen son los que más posibilidades tienen de perecer para utilidad de los que vienen detrás, hay que decir que en todo caso no es grave, que las ralentizaciones son puntuales y que no afectan en ningún caso a la marcha general del juego.
Pero incluso tratando de hilar fino, son escasos los reproches que se pueden añadir. Desde la salida en la misión de la Estrella de la muerte, hasta el momento siempre esperado de sobrevolar esos temibles "cibercamellos" (nomenclatura de la casa), el cumplimiento de las misiones (vale, algo lineal, pero para algo estamos en una guerra) llega a ser trepidante, desesperante, e incluso, en ocasiones, algo estratégico.
No vamos a negar que la mayoría de lo que se consigue recrear, tiene todo su valor en la licencia conseguida. Pero es tal el grado de complicidad con la gran pantalla (lógico, teniendo en cuenta la mano creadora), que apartados como el de la banda sonora -con doblaje incluido- llegarán a emocionarnos.
Por fin, después de tantos años, lo hemos conseguido. Ya somos un Jedi.