Para aquellos que no tenemos tiempo para pintar cientos de figuritas y organizar impresionantes campos de batalla de plomo, la mejor opción para disfrutar el universo Warhammer es recurrir a sus versiones para ordenador. Pese a estar representados en numerosos juegos (Dark Omen, Shadow of the Horned Rat, Fire Warrior, Chaos Gate) su representación hasta la fecha no ha estado del todo lograda en muchos de ellos, tanto en el género de la estrategia (Exceptuando quizá Dark Omen) como en juegos de acción como Fire Warrior, un decepcionante shooter en primera persona que fue lanzado en ordenadores y consola durante el año 2003. No ha sido hasta la llegada de “Warhammer: Dawn of War” y sus dos expansiones (Heart Of Winter y Dark Crusade) cuando por fin hemos visto un gran título de estrategia que consigue ser fiel a lo que Warhammer representa (en este caso Warhammer 40.000) y además con un producto realmente entretenido.
Mark Of Chaos ofrece al jugador de Warhammer fidelidad, ambientación y personalización, y a los amantes de la estrategia en tiempo real un enorme cuidado en todos sus apartados. Narra los acontecimientos y batallas que tienen que librar el campeón del imperio “Stefan Von Kessel” y el héroe del caos (Thurgan el sangriento) por lo que el jugador dispone de ambas campañas para terminar la aventura.
Al margen del sistema, uno de los detalles que primero llama la atención es el gusto por el detalle y el cuidado que han puesto sus creadores por resultar fieles al universo que representan. Basta seleccionar algún regimiento y gracias al zoom podrá apreciarse como aún dentro del mismo grupo (arqueros, infantería, arcabuceros) existen muchos tipos de soldados diferentes. Caras distintas, escudos, trajes, pelo, cascos, etc.… dejando en el olvido a los soldados clónicos, lo cual sin ser estrictamente una novedad, nunca se había realizado antes con este nivel de detalle.