Desafía a un imperio, libera a una nación
FF XII se ambienta en el mundo de Ivalice, aparecido con anterioridad en los títulos Final Fantasy Tactics. Se trata de un planeta habitado por muchas razas que coexisten y se toleran mutuamente, y gobernado por al menos cuatro reinos distintos: Arcadia, Nabradia, Dalmasca y Rozaria. Pero Ivalice se ve regida, a su vez, por la influencia de la niebla (concepto ya empleado en FF IX), una fuente de energía que envuelve el mundo y proporciona capacidad mágica y tecnológica a sus habitantes. Dicha energía solo puede ser obtenida a través de la magicita, un mineral capaz de albergarla en su interior. Es por ello que se trata del bien más preciado, capaz de llevar a los humes (la raza humana) a cometer las mayores atrocidades.
Éstas no se hacen esperar. Arcadia, una república transformada en imperio militar, bajo el control de la Casa Solidor, comienza su invasión mundial, provocando la destrucción del reino de Nabradia. Dalmasca, cuya familia real acaba de celebrar el matrimonio entre su princesa Ashelia y el príncipe Rasler de Nabradia, se ve inmersa a su vez en la refriega al convertirse en el siguiente objetivo de la codicia arcadiana. Poco después, ante el inevitable avance del ejército invasor, el rey Raminas de Dalmasca accede a firmar un tratado de paz, que no es más que una rendición. Pero poco antes de hacerlo es asesinado por el capitán Basch, quien hasta ahora había sido un fiel vasallo a su servicio. Tras esto, y consumida por el dolor, la princesa Ashelia se quita la vida, dejando al reino de Dalmasca a merced de las pretensiones de sus conquistadores, quienes imponen un consulado e integran el reino a su gran imperio.
Y aquí es donde encuentran su papel como protagonistas Vaan, hermano menor de uno de los soldados del rey que fue asesinado por el propio Basch durante su traición; Penelo, su inseparable amiga (¿o puede que algo más?) con la que deambula por las calles de Rabanasta, capital de Dalmasca; Balthier, un pirata del aire con la férrea voluntad de ayudar a los demás; Fran, su compañera de correrías a bordo de su barco volador, o los mismísimos capitán Basch, encarcelado hasta la fecha, escondido a los ojos del mundo, o la princesa Ashelia, oculta hasta ahora, aguardando el momento propicio para vengar a su pueblo. Todos ellos serán los elegidos para liberar Dalmasca y salvar el mundo de la codicia de Arcadia.