Thorgal es el título de un cómic que lleva triunfando desde la década de los setenta. Ahora, de la mano de DreamCatcher Interactive, nos llega una aventura gráfica ambientada en ese universo.
Thorgal Aerginsson es un personaje de cómic, creado por los franceses Van Hamme y Rosinki hace ya tres décadas. Thorgal es un arquero vikingo, de carácter apacible, al que los dioses, por capricho, han separado de su familia El juego recoge parte de su periplo, cuando llega a una aldea costera, a pocos kilómetros de casa. Sin embargo, dos obstáculos aparentemente insalvables se interponen en su camino. Por un lado, una furiosa tormenta, que convierte en el mar en un monstruo innavegable. Y, por otro, el bosque, donde un acecha todo un ejército de bandidos y, probablemente, enemigos más peligrosos aún. Pero Thorgal necesita atravesar alguna de esas dos rutas o encontrar una alternativa, ya que un profeta le ha revelado que la vida de su hijo corre peligro.
Como podemos comprobar, el argumento del juego es harto interesante. No es es extraño: el cómic en el que se inspira ha tenido siempre una excelente acogida por parte de la crítica y el público, con 26 álbumes publicados. El propio guionista, Van Hamme, ha colaborado en la trama de este aventura, lo que sin duda es toda una garantía. Además, contamos con un aliciente añadido: a medida que vamos avanzando en la aventura, nuestros actos quedan registrados en forma de cómic, conformando una historia completa.
El sistema de juego adopta la tercera persona, con el clásico scroll lateral. La calidad gráfica del conjunto es bastante notable, fondos donde se aprecia un enorme mimo y se hace un excelente uso de los efectos de luz. Los personajes, modelados en 3D, son quizá demasiado simplistas, comparados con lo visto en otros géneros, pero no desontonan demasiado. La música, de inspiración celta, es agradable y encaja perfectamente con la atmósfera del juego.
Para resolver todas las acciones, como moverse o recoger objetos, basta pinchar con el ratón. Un sistema tan simple como efectivo, que sin embargo padece un pequeño defecto: a veces resulta difícil encontrar los objetos que haya en el escenario, lo que a la larga, acaba por ser frustrante.
Sobre los rompecabezas, pieza fundamental de toda aventura gráfica, son bastante sencillos. Thorgal puede morir, y hay escenas de acción donde se pondrán a prueba nuestras reflejos, pero es bastante fácil superar esos problemas. Algo que desagradará a los jugadores más veteranos, y que convierte este título en recomendable para aquellos que quieran iniciarse en el género.
El conjunto cojea en su extensión: es un juego bastante corto. Se hubiera agradecido también más personajes, que enriquecieran la trama, o la posibilidad de escoger entre varias líneas de diálogo en las conversaciones. Tal como está, Thorgal es una aventura tremendamente lineal, que no invita a ser rejugada.
Por último, comentar que los textos han sido traducidos, pero no así las –excelentes- voces.