Me prometí a mí mismo que no volvería a hacerlo. Me prometí que no volvería a meterme en líos con entes de otro planeta y menos si tienen tan mala sangre... o ácido en las venas. Pero nada.
He vuelto a los oscuros pasillos, a las naves espaciales abandonadas, a la caza del alien y del depredador. Si es que no aprendo.
La culpa la tiene la gente de Monolith, que nos trae la segunda parte de Aliens Versus Predator (AVP2). Tres juegos en uno, tres razas en busca de la supervivencia y tres maneras de sobrevivir. AVP2 vuelve a nuestros monitores para introducirnos en el pellejo de desdichados marines, de poderosos Predators y de escurridizos Aliens. Un suculento pastel con muy diferentes sabores.
Llega la segunda parte de uno de los juegos que más ha logrado impactar al usuario a través de su increíble ambientación. Una ambientación que no hace recomendable el juego para muchos tipos de jugones, léase: aquellos que tengan la tensión baja, marcapasos, nervios sensibles, etc ¡¡¡POR FAVOR!!!,¡¡¡ABSTENERSE!!!. Yo, que soy un poco masoca sufrí mucho con la primera parte. Recuerdo...como si fuera ayer...mi primera incursión en AVP. Yo era joven y sensible y cuando el facehugger saltó sobre mi monitor pegándose a mi “cabeza” no puede evitar chillar alocadamente, al borde de un ataque de nervios...
AVP fue toda una experiencia hace un par de años: Monolith, muy inteligentemente, combinó tres razas caracterizadas por la utilización de la violencia para conseguir sus medios. Juntó a tres depredadores para que hicieran lo que mejor saben hacer: vivir matando. Ahora AVP2, apoyándose en la experiencia que otorgó la primera parte nos ofrece más de lo mismo -cosa buena en este caso- y mejor. Exprimiendo las facultades de las tres razas vamos a recorrer los exteriores de un planeta muy tétrico y un centro de investigación -con un aséptico nombre: LV1201- a través de un sólido argumento: unas investigaciones genéticas dirigidas a crear el ejército de seres más peligrosos del universo, una mezcla entre alien y depredador. Lo que nos faltaba. Por supuesto, son los humanos, una raza no menos violenta y pretenciosa, los encargados de intentar tamaña locura.
A partir de ahí podremos jugar con cualquiera de los tres personajes, cada uno con sus propios intereses. Como marine, nos pondremos en la piel de Harrison -apodado el témpano por su sangre fría y que tiene un aspecto más que sospechoso con Arnold Schwarzenegger- que tendrá que acudir al centro de investigación en busca de respuestas. El marine es el más débil de los tres, puede ser despedazado en cualquier momento por un alien o un depredador, por ello, cuenta con auténtico arsenal de armas de todo tipo y alcance para poder sobrevivir; Como Depredador, volvemos a un planeta que sirve de coto de caza para nuestra raza, aunque también hilaremos parte de la historia. El depredador utilizará sus diferentes vistas para detectar a su presa y sus armas, son escasas pero demoledoras; El alien es un arma en sí mismo y tendrá que matar para defenderse, pero también para restablecer su salud y llegar a su colmena a salvo.
El modo multijugador ya obtuvo multitud de adeptos en su primera parte. En AVP2 puede que aumente dado el cuidado que ha puesto Monolith en aumentar las posibilidades de cada jugador, la variedad de personajes, opciones y maneras de eliminar al adversario. Seguramente, la opción multijugador dará mucho que hablar en el futuro por la diversión que proporciona. Cuidad vuestras espaldas.
Uno de los puntos negativos es que AVP2 necesita un equipo bastante potente para una configuración media. En mi lucha sempiterna en contra de las configuraciones he comprobado estupefacto cómo con un P4 1500 Hertzios me veía obligado a bajar casi hasta lo más mínimo el detalle y las texturas para poder dejar de matar xenomorfos a cámara lenta. Puede que sea por mi tarjeta 3D, que está un poco obsoleta. Pero señores, por favor, ¿no pueden programar de tal manera que podamos disfrutar de un buen juego sin tener que hacer siega de gráficos o amputar píxeles? Lo cierto, es que aunque la ambientación es de las más espectaculares y escalofriantes vistas en un juego de estas características, los gráficos no dejan de ser "normalitos", incluso repetitivos y simplistas. ¿Será que los programadores no han optimizado bien el resultado final?
Por otra parte, AVP2 tiene detalles dignos de aplauso. Como marine, podemos encontrarnos a pobres víctimas pegadas en las paredes a punto de morir perforados por un qebrantapechos, que, en seguida, se dirigirá a nosotros en busca de alimento. Los sustos, cómo comprobaréis, están detrás de cada esquina. Como Alien, es genial seguir el proceso evolutivo de este ente ya que jugaremos con todas sus etapas evolutivas: desde el bebé facehugger que tendrá que laparse a un embrión humano para poder desarrollarse, pasando por el quebrantapechos -es increíble cuando se inicia la fase y nos damos cuenta de que estamos dentro de un cuerpo humano a la espera de ser reventado por nuestras fauces...- hasta el resto de especies: corredor, zángano, pretoriano y predalien. Y cientos de detalles sutiles sólo dirigidos a hacérnoslo pasar muy, muy mal.