La parte del león, en lo referido a la jugabilidad, está en los combates. Cada vez que nos tropecemos con un enemigo el juego sufrirá un cambio de perspectiva y pasaremos a luchar en un entorno 3D. Manejando a cada miembro del grupo con un botón, lo más atractivo de estos combates es sin duda la posibilidad de movernos libremente por el escenario, pudiendo realizar ataques simultáneos o bien dividir a nuestros personajes y atacar al enemigo desde varios frentes. Asimismo podemos elegir atacar a uno de los enemigos en concreto, incluido el líder de estos que, una vez derrotado pondrá fin a la pelea.
Siguen existiendo sin embargo los turnos, con lo que la preparación previa de las armas y equipo será fundamental a la hora de no salir escaldado de un encuentro.
Especialmente ardua será la parte de los hechizos, controlada por un sistema de rutinas que, salvo para los roleros de pro, conlleva cierto tiempo de practica para poder hacerse con su manejo, algo necesario ya que usado incorrectamente puede incluso favorecer a nuestros rivales.
Aspecto técnico
Nada más iniciarse la partida resulta difícil no descubrirse ante la fuerza de las imágenes. Con una calidad alucinante en las secuencias de video digna de las mejores producciones de animación, resulta sorprendente la resolución con la que están elaborados los escenarios -en 2D con una tercera dimensión simulada mediante perspectiva- así como la cantidad de detalles (objetos, edificios, etc) que contiene cada localización. Se agradecen los toques de la mitología nórdica propios de la trama en el diseño de ciertos personajes y escenarios que rompen con la rutina habitual de los RPGs en ese apartado. Igualmente detallados son los rasgos y expresiones de los personajes, sublimes en el caso de los protagonistas aunque no tanto en lo referente a los secundarios, algo por otra parte perfectamente lógico.
Curiosamente es en las escenas de combate, al pasar el juego a las 3D, cuando se produce un cierto bajón y se pasa a un modelado de polígonos más evidente y tosco -especialmente en el caso de las criaturas enemigas- transcurriendo la lucha en escenarios un tanto neutros pero cumplidores. El apartado musical por su parte consiste en una serie de composiciones suaves de tono medieval que recalcan en algunos momentos la melancolía del argumento. Un correcto apartado de voces perfectamente traducidas vía subtítulos conforman el logrado apartado audiovisual del juego al que en determinados momentos únicamente le falta poder apreciar el olor para que el usuario se sienta dentro de la historia.
Conclusión
Pese a un cierto embrollo en el sistema de juego aplicado a los combates pueda desanimar al usuario ocasional, "Valkyrie Profile 2: Silmeria" se antoja una apuesta segura en el actual panorama de los RPG de la que hay que destacar su trabajado apartado gráfico que exprime a fondo hasta el último microchip de la añeja PS2. Teniendo en cuenta que en este momento el género ha reducido la cantidad de novedades cara al salto a las nuevas plataformas, pocos lanzamientos podrán hacerle sombra en su terreno.