Desde la aparición de Worms 3D para PS2 y XBox, la franquicia de estos invertebrados sufrió un cambio radical: pasar de la tradicional vista en dos dimensiones que acompañaba a la saga desde sus inicios, a la inclusión de gráficos 3D que aportaban un nuevo sentido a toda la estrategia de juego, pero que hacía que los más fieles se sintieran incómodos.
La despedida de los gusanitos al estilo clásico tuvo lugar en Worms World Party en el año 2000, y no fue hasta 2006, con la llegada de Open Warfare para DS, que no pudimos disfrutar de las épicas contiendas entre estos bichines en su formato original. Seis años para recuperar la esencia clásica de Worms, con estética cartoon y escenarios horizontales.
¿Y qué ocurrió? Que no captó todo lo que Worms contenía, tal y como sí habían hecho sus versiones poligonales. El set de armas tan solo incluía 22 útiles para destruir al oponente, con carencias que habían hecho grande a este juego, como el Burro o la Súper Oveja. Con tan solo veinte misiones que superar, Worms Open Warfare no ofrecía demasiadas expectativas salvo por su modo multijugador.
¡Lo mejor está por llegar!
Pero para deleite de todos, Worms vuelve a Nintendo DS de la mano de Team 17 y Two Tribes con un cartucho que contiene todo aquellos que los usuarios echaron en falta en su primer intento, y mucho más. Los desarrolladores han mantenido el estilo del primer lanzamiento, incluyendo muchas más opciones de juego. Porque, en primer lugar, regresan todo el arsenal mítico de la saga, además de unas cuantas novedades armamentísticas, como la Destructora de Búnkers, el Búfalo Mentiroso o el Ataque Fulminante, que permite resucitar gusanos eliminados. Al atrezzo típico de los campos de batalla, como barriles de gasolina o minas, se les suman ahora torretas ametralladoras o electroimanes que repelen proyectiles. Y el equipo de anélidos tiene muchas más posibilidades de edición, con veinte tipos de tumbas distintas, un catálogo amplio de voces y colores, y hasta ocho bailes de victoria diferentes, sin contar la posibilidad de crear nuestra propia bandera con el lápiz táctil, al estilo de Mario Kart DS.