¿Qué hay de nuevo, viejo?
El argumento, pese a ser lo de menos, destila el toque Sonic Team de siempre: nuestro puercoespín azul y Tails, su inseparable compañero, han sido absorbidos por un tornado que, misteriosamente, les ha hecho llegar al universo de Blaze, el personaje que apareciera por vez primera en Sonic Rush. Las cosas se complican cuando una niña, Marine, encuentra a los héroes y se empeña en seguirles a todas partes como su capitana. Poco a poco se va descubiendo el plan de una banda de piratas local que pretende conseguir el Cetro de Joyas, un objeto que les permitiría controlar el mundo, por lo visto con la ayuda de cierto científico loco...
El juego cuenta, como sucede habitualmente, con siete fases, divididas cada una en dos niveles (hay cosas que nunca cambian), que podremos superar indistintamente con Blaze o Sonic. Pero volviendo a lo que hemos comentado, ¿dónde se encuentra el elemento de exploración? ¡Pues en todo lo demás! Para comenzar, todo el mundo en el que nos encontramos es un gran océano, y la única forma de llegar hasta los diferentes niveles será con una embarcación de las hasta cuatro disponibles, entre lanchas y submarinos, y que manejaremos con el stylus de DS. Cada una de ellas cuenta con su propio estilo de nevegación, a modo de minijuego. Y su uso no servirá solo para alcanzar las islas conocidas, sino también para intentar encontrar las hasta dieciséis islas ocultas, que aguardan otros tantos escenarios extra. Cuantos más niveles visitemos, podemos hacernos con más materiales que servirán para construir nuevas barcazas, con lo que el círculo se cierra. Por fin cobran sentido las puntuaciones al final de cada fase, porque de acuerdo con nuestra calificación (A, B o C), nos obsequiarán con un mayor número de materiales.