En 1987, SEGA desarrolló un juego para máquina recreativa llamado Alien Syndrome. Era un shooter sencillo en el que controlábamos a dos soldados, Ricky y Mary, a lo largo de ocho niveles repletos de acción y masacre alienígena. El objetivo del juego era tan simple como efectivo: rescatar a los rehenes y derrotar a los jefes de cada sección. Su jugabilidad le hizo saltar a todas las plataformas de la época, desde Master System a Game Gear, pasando por Commodore, Amiga, Amstrad e incluso la NES de Nintendo. En 2007, veinte años después y a través de la compañía Totally Games, SEGA echa a un lado tanto el argumento como las innovaciones de aquel juego y rescata tan solo el título para ofrecer un shooter desenfadado, con toques de RPG, que se basa en una máxima: ‘si se mueven, ¡mátalos!’
Ochenta armas y no sé por cual empezar
Bajo el pretexto de que lo más normal del mundo es enviar a una única soldado a investigar las causas de que la comunicación con una estación espacial se haya cortado, y de que al descubrir que está infestada de aliens peligrosos decida combatirlos en lugar de salir por piernas, la portátil de Sony recibe un UMD con grandes dosis de tiroteos láser, explosiones y criaturas de aspecto viscoso-asqueroso. Buscarle un mayor argumento es echar demasiada leña al fuego, aunque en efecto lo tiene: la teniente Alieen Harding, con un turbio pasado, es la encargada de repartir caña, y durante los quince niveles que comprenden el juego se nos irán destilando gotas de información sobre los hechos ocurridos en la estación espacial Seti Alpha 5 y la nave de reconocimiento Kronos.
También es cierto que no estaremos solos durante la misión: nos acompañará en todo momento una unidad robótica que dispone de capacidad de ataque, así como de una útil modalidad de reciclaje que permite convertir los ítems o armas que no deseamos en otros apropiados a nuestro gusto. ¿Necesitas un kit médico? Recicla un set de munición inútil, y que viva la ecología. Tampoco estaremos abandonados en el mapa, porque unos 110 tipos de alien distinto (uno arriba, uno abajo) nos esperarán en cada esquina para darnos la bienvenida, en ocaciones hasta límites absurdos que te hacen preguntar cual es el aforo real de la estación.
Un total de veinte armas nos aguardan a ser recogidas (o compradas, o recicladas), sin contar armaduras, cascos, musleras y botas, que sirven como protección. Todos los ítems son mejorables, y nos permitirán obtener hasta ochenta clases de armas diferentes, que funcionan de distinto modo: así, los lanzallamas consumen munición, mientras que los láseres utilizan nuestra energía, la misma que alimenta nuestros escudos. Cada útil de nuestro arsenal causa un tipo de daño distinto (eléctrico, quemaduras, físico), y según el monstruo al que nos encaremos provocarán mayor o menor daño.