Silent Hill es una de las sagas de survival horror más exitosas. Su primera aparición en 1999 supuso un cambio respecto al resto de títulos del género, dejando de lado el aspecto más sangriento y destructivo, y entrando en el campo del terror psicológico y la introspección de sus personajes. Junto con Resident Evil, de Capcom, cada una de sus entregas para las grandes plataformas de videojuegos son esperadas fielmente por sus seguidores. Para los novatos en este campo, Silent Hill supone una inmersión en la supervivencia y en el terror. Para aquellos jugadores de botones gastados, un reencuentro con Silent Hill es revivir de nuevo momentos de emoción, de angustia y de saltos en la silla. Porque lejos de buscar un objetivo genérico de ‘yo contra todos los zombies’, o ‘he de escapar de aquí’, los protagonistas de cada entrega de SH no hacen más que explorar el pueblo, la Colina Silenciosa maldita, en un intento de descubrirse a sí mismos, de sumergirse en su propio yo interior. No pueden huir de Silent Hill como no pueden huir de su propia mente. Y nosotros no podemos dejar de jugar a Silent Hill como no podemos traicionarnos como jugadores que quieren ver el final feliz... o no.
Silent Hill Origins es una precuela del primer Silent Hill para PlayStation, por lo que aquellos veteranos que tocaran el título original en su momento reconocerán a algunos de los personajes más variopintos del lugar. Travis O’Grady será nuestro protagonista y personaje jugable, un camionero con un pasado oscuro por descubrir que se irá desarrollando conforme avance la historia. Travis está conduciendo su camión de mercancías junto al pueblo de Silent Hill, cuando de repente una figura humana se sitúa en medio de la carretera. Travis frena precipitadamente, y encuentra frente a él a una chica que huye hacia la niebla. El camionero decide seguirla, adentrándose en la bruma. El cartel que reza ‘Bienvenido a Silent Hill’, a nuestra derecha, ya nos introduce en lo que nos espera. Pronto descubrimos una casa en llamas, a una extraña mujer implicada, y gritos que proceden del interior: sin dudarlo, Travis se adentra en el edificio y rescata a una chica en estado grave, pero la mala fortuna o el designio de los dioses hacen que se desmaye en cuanto alcanza el exterior. Al despertar, Travis está en las calles de Silent Hill, inundadas de una espesa niebla que no deja ver más allá de unos pocos metros. Y nuestro primer punto de partida será el Hospital Alchemilla, que ya fuera escenario en la primera entrega de la saga, donde intentaremos encontrar a la chica a quien hemos rescatado.