Un mundo muy grande en un formato pequeño
Junto a un fantástico despliegue musical (del que después se han hecho recopilaciones oficiales), Disgaea ofrece INFINITAS posibilidades de juego. Aunque el modo historia pueda superarse en menos de 40 horas, el modo de generación aleatoria de escenarios, las fases ocultas y el curioso sistema de evolución de los personajes (que permite que estos se reencarnen y regresen al nivel 1, conservando sus habilidades y técnicas), unidas al método de mejora de los monstruos (que pueden subir también de nivel, a través del Tribunal Oscuro), hacen de Disgaea un juego eterno. Los vídeos en Youtube de Laharl en nivel 9999 provocando daños cifrados en millones son prueba de a qué me refiero.
La versión para PSP que nos ocupa, Afternoon of Darkness, no deja de ser, por otra parte, un port. Apenas se le ha añadido una galería de monstruos y música, y un sistema multijugador ad-hoc que añade algo de vida, pero no supone una diferencia crucial. Tan solo el Modo Etna, protagonizado por ella (y desbloqueable una vez superado el juego por primera vez), y algunos jefes nuevos son destacables. A aquellos que ya jugaran en su versión PS2, Disgaea tan solo ofrece el incentivo de poder jugarlo en el metro, autobús o la sala de espera del dentista. A todos aquellos que no lo hicieran en su momento, y ya les resulte imposible encontrar un disco que tuvo un paso tan fugaz por las estanterías, Afternoon of Darkness es la receta ideal... si controlas el inglés o el japonés. Un cero en localización, sin duda.