Por su parte, las “rutas al rojo” nos servirán para competir en pruebas diseñadas específicamente para cada uno de los 75 coches disponibles, coches que tendremos que capturar a golpe de ‘Takedown’ en alocadas persecuciones por toda la ciudad. Algo que habrá que hacer con cuidado, ya que si bien los primeros coches no suelen oponer demasiada resistencia, conseguir los mejores modelos provocará persecuciones espectaculares.
Más allá de la pura competición hay todo un mundo de exploración en Paradise, con Parkings ocultos desde los que saltar y multitud de secretos como atajos, carteles que romper, supersaltos, etc.… literalmente cientos y cientos repartidos por toda la ciudad. Un montón de retos que mantendrán a los más curiosos ocupados durante mucho tiempo.
Modo on-line
A pesar de tanta variedad es el modo multijugador y su perfecta integración lo que sin duda mantendrá nuestras manos pegadas al mando una vez la ciudad deje de ser un misterio para nosotros. Sin tan siquiera acceder a ninguna clase de menús y tan solo pulsando un botón, accederemos en cualquier momento a las diversas competiciones on-line en un sistema que destaca por su comodidad, algo que ya consiguieron en la última y genial entrega de Test Drive y un ejemplo a seguir para las demás compañías.
Con pruebas de 2 a 8 jugadores simultáneos, estas son tanto cooperativas como competitivas, siendo el creador de la partida el encargado de decidir qué tipo de carrera se va a disputar en ese momento. Al contrario que en otros títulos donde la calidad del on-line es más que discutible, en Burnout Paradise no hemos tenido problemas en ningún momento, permitiéndonos disfrutar a fondo de más de trescientos desafíos.
Como colofón, y si nosotros o nuestros rivales conectan la cámara Playstation Eye durante las carreras podremos ver sus expresiones después de darles un “takedown”. Algo que lógicamente puede pasar en ambos sentidos.
“Destroyed Beauty”
A pesar de los numerosos cambios, hay algo que no ha variado en Burnout, manteniéndose e incluso superando su calidad. Hablamos de la fantástica recreación de los accidentes en carretera, que consigue alcanzar en Paradise una fidelidad y realismo brutales, como nunca se ha visto en un juego de conducción arcade. Utilizando una cámara lenta que ralentiza la acción de forma brillante, observaremos con detalle como nuestro coche se arruga lenta e inexorablemente cuando chocamos frontalmente contra cualquier objeto contundente, deformándose la chapa, saltando los cristales, perdiendo ruedas, parachoques, etc.… muy en la línea de “Matrix:Reloaded” con su espectacular serie de choques durante la persecución en la autopista.
Para terminar de redondear este apartado, conectando la consola en buen equipo de sonido, disfrutaremos con un sonido contundente, real y estremecedor, una opción muy impactante.