Tras haber visitado el desierto en las dos primeras partes (Conflict Desert Storm) la franquicia que revisitamos logró establecerse entre los jugadores gracias a una jugabilidad muy bien ajustada. Por un lado nos obligaba a tener cuidado con lo que hacíamos, imprimiendo un fuerte componente táctico y especializando a nuestro grupo, algo que consiguió diferenciarlo de otros nombres de acción ocupando su hueco por méritos propios.
Por otro, su vertiente arcade (alejada de monstruos del realismo como Operation Flashpoint) lo convertía en algo totalmente accesible y por lo tanto muy popular.
Más tarde la saga Conflict abandonó las arenas del desierto y se preparó para ir hasta Vietnam (Conflict Vietnam) para finalmente volver a la actualidad en Conflict: Global Storm. Tras unos años de ausencia preparando el salto a la nueva generación de consolas Pivotal Games nos alista en la C.i.a para realizar todo tipo de opciones encubiertas, creando un juego que también estará disponible para PS2, la consola en la que se dio a conocer.
Empecemos por una decisión cuanto menos polémica: sus creadores han borrado de un plumazo casi el cien por cien de las opciones tácticas de anteriores entregas. Nuestro equipo estará limitado a dos hombres, dividiéndose el trabajo entre francotirador y armas pesadas, lo cual restringe nuestras posibilidades tácticas a colocar a nuestro compañero en la posición deseada o indicarle un blanco para que lo ataque. Si este es herido de gravedad podremos acudir para curarlo, mientras que si es nuestro personaje quien resulta herido, podemos llamarle para que haga lo mismo por nosotros.
Este sistema no funciona del todo mal, pero si la cosa está que arde a veces es preferible cambiar el personaje controlado y acudir nosotros mismos a salvar al que manejábamos.
A pesar de esta posibilidad de cambiar de soldado en cualquier momento, muy lejos han quedado las sensaciones jugables de anteriores entregas, convirtiéndose Denied Ops es un shooter en 3ª persona con muy pocas cosas a destacar. En anteriores ocasiones el diseño de las misiones no es que fuera el mayor exponente de la libertad para el jugador, pero lo que ahora nos ofrecen en Denied Ops son una serie de niveles muy lineales, sin demasiadas opciones más allá de arrasar el lugar hasta los cimientos.
Ocasionalmente tendremos que proteger algún rehén, desactivar bombas, conseguir datos secretos, etc.… objetivos meramente anecdóticos y puntuales que sirven para ir desgranando poco a poco un argumento bastante prescindible. Tras avanzar en la primera misión, nos daremos cuenta de sus numerosas limitaciones, como por ejemplo una IA confusa en nuestros enemigos, quienes a veces no detectan nuestra posición correctamente mientras que en otras ocasiones son capaces de acertarnos desde otro continente.