Avisados quedan los que caigan en las garras de Castlevania sin saber demasiado del personaje o sin haberlo catado en sus orígenes. Lo que tenemos en nuestras manos es el estilizado remake de 'Rondo Of Blood' una entrega inédita en nuestro país (sí, inédita a pesar de las tropecientas que han pasado por Nintendo, SNES, PSX, portátiles de Nintendo...) que se esmera al actualizar desde la técnica pero, atención, sin complejos a la hora de devolvernos a los rasgos del videojuego clásico: dificultad draconiana, ayudas justas, reto sólo para habilidosos.
Dicho esto también es justo destacar que a pesar de la agotadora trama de resurrección del vampiro vía secta (con la obligación del rescate de la dama y los latigazos a candelabros), The Drácula X Chronicles merece una atención muy especial. Algo que debe mucho a la buena labor que Konami ha realizado al adaptar un juego que descansaba sobre unas bases ya de por sí muy bien apuntaladas: hablamos de una de las entregas de culto de la serie, considerada incluso pieza de coleccionismo.
Tipos de remake
Hace unos años el culto al clásico vía retro hizo que algunas compañías veteranas comenzaran a deshacerse de sus reliquias con recopilatorios más o menos acertados. Entonces se hizo evidente una nueva necesidad cuando algunas de estas recuperaciones mostraban serios problemas de formato. Jugar al MERCS en Playstation con una pantalla horizontal, por ejemplo, reducía varios enteros las opciones de un clásico de primera línea, y la cosa se agravaba todavía más cuando en PSP las características de la pantalla obligaban a dejar franjas negras y hacer malabarismos para que algunos títulos entraran en sus circuitos.
Fue así como la llegada de la veterana franquicia Ghosts and goblins marcó con su entrega Ultimate un camino ideal: rehacer totalmente y adaptar a los nuevos tiempos pero manteniendo todas aquellas señas de identidad que lo hicieron atractivo en su momento. Algo que puede decirse que está presente en el prometedor regreso de Street Fighter: mantener las 2D en cuanto a planteamiento, y limitarse a hacer que luzca mejor y que tenga mayor dinamismo incluso con trabajos poligonales 3D ( bautizadas como 2,5D).
Siguiendo esta vía, el Castlevania que analizamos luce gráficamente gracias a las iluminaciones tenebrosas, las llamas de candelabros y ataques, los estilizados sprites y los efectos de niebla, lluvia etcétera. Tiene detalles técnicos que pese a ello nos remitiren a otros tiempos, como los andares algo robotizados de Ritcher, nuestro protagonista, su escasa articulación (a Sir Arthur en G'n'g lo animaron con mucho esmero) y lo exigente de algunos movimientos. Pero más allá de estos rasgos fieles al estilo clásico, es el propio sistema de juego el que revela la enorme fidelidad a sus orígenes, con unas formas alejadas del jugador moderno.