Frontlines cumple de forma notable con lo esperado en un título que nuevamente hace uso un motor gráfico que va camino de convertirse en un estándar en esta generación.
Una vez desplegados en el campo de batalla, los perros callejeros basan su fuerza en las acciones de grupo y en la conquista de los puntos calientes del enemigo. Las misiones de Frontline basan su potencial en la captura de los recursos, bases o campamentos enemigos para poco a poco tomar el control de todo el territorio. Para conseguirlo dispondremos de un verdadero arsenal a nuestra disposición. Por un lado un armamento convencional basado en armas de fuego ya conocidas (rifles de francotirador, pistolas, ametralladoras, lanzacohetes) mientras que ocasionalmente dispondremos de prototipos más avanzados como pequeños helicópteros y armas a control remoto. Nuestra opción favorita son las ametralladoras desplegables, armas que podemos cambiar de posición y situar para defendernos mejor de un contraataque de los estrella roja, sin olvidarnos de usar ataques aéreos que ordenaremos cuando la situación lo permita.
La guerra a pie no siempre es divertida, por eso durante el desarrollo de unas misiones muy dinámicas será muy frecuente el uso de distintos vehículos de combate, cuyo sencillo y versátil sistema de control tiene parte de la culpa de la intensidad que proporcionan al juego, especialmente cuando se producen grandes batallas de blindados.
Si bien el número de misiones puede no parecer demasiado alto (ocho en total) su duración es bastante prolongada, con numerosos objetivos, contraataques enemigos y la progresiva ampliación de los objetivos iniciales de cada misión, alargando su duración de forma considerable y eliminando esa sensación de brevedad que tantas veces hemos sufrido en esta generación.
La IA tendrá bastante que ver en la duración o dificultad: exceptuando el nivel de dificultad más fácil los enemigos mejorarán sus reacciones y su puntería en los nieves más altos lo suficiente para tener que buscar cobertura mucho más a menudo, dejando las aventuras a pecho descubierto para John Rambo.
El modo multijugador no difiere realmente demasiado del modo campaña, ofreciendo eso sí un mayor desparrame de situaciones divertidas y sobrecarga de acción, con la posibilidad de jugar partidas de hasta 32 jugadores simultáneos, cifra que parece puede aumentar próximamente y que actualmente llega hasta los 64 jugadores en la versión lanzada para compatibles. Asimismo, nos ofrece la variedad de poder usar todo el armamento y las posibilidades de los estrella roja, un dato desaprovechado durante el modo campaña que habría mejorado notablemente el modo historia aportando más variedad.
Visualmente, Frontlines cumple de forma notable con lo esperado en un título que nuevamente hace uso un motor gráfico que va camino de convertirse en un estándar en esta generación. No es otro que el conocido Unreal Engine 3, usado hasta la saciedad en títulos como Gears of War, Unreal Tournament 3, Rainbow Six Vegas o Strangehold, por citar solo algunos de los más conocidos. Frontlines muestra unos buenos modelados, unas texturas notables (pero no las mejores que hemos visto usando este motor gráfico) y unos buenos efectos de iluminación. La calidad gráfica es buena y a pesar de no lograr situarse entre los pesos pesados en este apartado, logra mantener un buen nivel en la mayor parte de su acabado visual.
En el sonido destaca un doblaje de calidad que nos ayuda a identificarnos con los personajes y nos mete en acción durante la narración de los objetivos, pero lógicamente la parte más destacada por su contundencia son los efectos de sonido, contundentes y variados. A estas alturas de generación un sistema de altavoces 5.1 resulta casi tan imprescindible como una televisión de alta definición, multiplicando por 100 la inmersión que proporciona el juego.