La dificultad de la nueva creación de Square-Enix es medio-baja y los jugones de Final Fantasy y otros RPGs se encontrarán con el final del cartucho casi sin darse cuenta. Las alrededor de 15 horas de duración quizá se antojan insuficientes para los más veteranos. Al mismo tiempo, esto también hace que Ring of Fates sea una gran oportunidad para que aquellos que no hayan probado ningún título de la saga FF puedan conocer este mágico mundo.
También hay que destacar que para alargar las horas de diversión y exprimirlo a tope, existen retos secundarios, como la colección de sellos de los clásicos moguris, pintar a estos “animales” de la forma más curiosa, o fabricar el objeto más poderoso del reino.
Una ambientación marca de la casa
El universo de Ring of Fates es el típico “made in Square”. El motor 3D genera escenarios sólidos, muy cuidados y coloristas. Los personajes, perfectamente animados y con gran detalle, son del género “cabezudo”, como también lo fueron en el Crystal Chronicles o el FF III de DS. El único pero es la cámara estática, que por algunos momentos presenta algunos puntos muertos en los que perdemos de vista a nuestro héroe o no sabemos lo que ocurre detrás, por ejemplo, de algún edificio o roca del paisaje.
La música también es un aspecto a destacar. No es Nobuo Uematsu su autor, sino Kumi Tanioka, que cumple su trabajo con creces. Las melodías resultan muy pegadizas y se adaptan perfectamente a cada momento o escena.
El doble uso de la pantalla está muy limitado y no llega a resultar útil en ningún momento de la aventura. Mientras que toda la acción transcurre en la pantalla superior, en la inferior sólo se presenta los elementos del inventario y las magias a utilizar. Por ello, el uso de la pantalla táctil es prácticamente nula y, para los pocos momentos que es necesario utilizarla, faltan manos.
Todo esto hace de Ring of Fates una aventura nada revolucionaria y mejorable, pero que gracias a su gran puesta en escena y a la diversión directa que ofrece, se convierte en una opción más que recomendable, tanto para los más acérrimos a Final Fantasy como para aquellos que desconozcan por completo este mundo.