Primero, la ciudad presenta un aspecto desolador. No hay prácticamente nadie por las calles y nuestra interactividad con los pocos peatones que hay es nula. No porque se eche de menos que nos persiga la policía al atropellar a alguien, sino porque al hacerlo, la pobre víctima se queda igual que estaba, no sufre ningún daño.
La ciudad en sí, además de no ser muy grande, presenta pocos lugares por explorar. Tenemos la opción de ir de compras por las pocas tiendas que hay, para mejorar nuestro arsenal o incluso cambiar de look. También existe la posibilidad de ir al gimnasio para ampliar el abanico de ataques especiales y combos de Travis.
Mención especial merece la casa de este carismático matón del siglo XXI, por la cual se puede deambular para realizar, entre otras cosas, el guardado de la partida, nada menos que en el baño y encima del “Señor Roca”.
Desgraciadamente, para movernos por Santa Destroy sólo disponemos de un vehículo, la futurista moto de Travis, cuyo control no es nada fluido y que resulta muy repetitivo.
Un "look" de lo más original
Aciertos y fallos aparte, si algo tiene No More Heroes es una puesta en escena absolutamente original. El motor gráfico utiliza la técnica toon-shading, que dota a todo el juego de un aspecto a modo de dibujos animados bastante peculiar y llamativo. Especialmente a los personajes. Su aspecto, al contrario que el de su entorno, está bastante cuidado y cada uno de ellos está perfectamente definido. El propio Travis o la sexy Sylvia Christel son alguno de los mejores ejemplos. Además, a su fuerte personalidad suman una cierta ironía y un agudo sentido del humor. Según pasan las horas, es casi inevitable no sentir cierta complicidad con nuestro vanidoso protagonista, así como con sus cómplices y enemigos.
Muy acorde con el look general del título, la música y los continuos guiños a juegos y películas de los años 80 y 90 se complementan de maravilla. Y si bien las monótonas melodías electrónicas acaban incluso poniendo nervioso a más de uno, los efectos de sonido (como los choques de espada) están bastante conseguidos. También resulta llamativo que a estas alturas, un título de este calibre no haya sido doblado. Eso sí, las voces originales en inglés no tienen desperdicio.
La dificultad de No More Heroes no es muy alta, salvo por algún jefe final. La entrega de Grasshopper se puede terminar perfectamente en unas 12 horas. Para aquellos que se queden con ganas de más, siempre pueden alargar la diversión con los distintos minijuegos y misiones que se nos presentarán a lo largo y ancho de Santa Destroy. Unos alicientes que aportan variedad a un título cuya dinámica acaba resultando bastante lineal y simple.