Una de las primeras cosas que llaman la atención al ponerse a los controles de la partida es el género al que pertenece el juego. Pese a que el diseño de los personajes y la trayectoria de sus responsables –el juego es obra de Square, creadores entre otras de la saga “Final Fantasy”- nos traigan a la mente una nueva epopeya rolera, en realidad nos encontramos ante un entretenido beat´em up, género que salvo contadas excepciones (“Urban Reing”) no ha vuelto a alcanzar las cotas de excelencia de antaño previas al salto a las 3D. En concreto, y debido a su estética, “Odin Sphere” posee ecos de títulos ya son patrimonio de la nostalgia como “Warriors of Fate”, “Knigths of the Round” o “Golden Axe”.
Aspectos generales
El argumento de “Odin Sphere” nos traslada a Erion, un mundo mágico sumido en guerra entre varios reinos donde encarnaremos a una joven valkiria cuyo control iremos compaginando con el de otros cuatro personajes a medida que avancemos. Se trata de una historia amplia, con mucho más tiempo de juego que los beat´em up tradicionales aunque a nivel básico sigue las principales directrices de estos: scroll horizontal con torrentes de enemigos a los que vapulear a lo largo de cinco campañas, divididas a su vez en escenarios conectados entre sí (y separados por un breve tiempo de carga) al final de los cuales aguarda un jefe que nos hará sudar para quitarle de en medio.
Ello no conlleva sin embargo un desarrollo lineal: cada fase tiene un protagonista distinto, aportando nueva información a la historia. La trama adquiere así un curioso desarrollo, encontrándonos en ocasiónes con la repetición de una misma escena desde una perspectiva distinta. Aunque es momento de decir que se nota (mucho) en falta la opción de dos jugadores.
Esta no es la única novedad para el esquema clásico del género, tomando prestados elementos propios del rol. Lo que prima es la acción directa, con unos controles sencillos, pero aspectos como los puntos de experiencia o recuperar la salud de los protagonistas dependen de operaciones como la recolecta de phozons –esencias de los enemigos caídos- para aumentar el poder de nuestras armas o cultivar semillas que a su vez proporcionen alimentos. Además nos encontraremos con localizaciones como las cocinas, en las que se pueden realizar mezclas con los resultados más variados. Unos añadidos que complementan la propuesta sin desvirtuar el género.