El erizo azul no es que haya tenido suerte con sus últimas aventuras en las consolas de sobremesa y, salvo las magníficas ediciones para portátiles, los fans del personaje deberían estar un poco preocupados. Un nuevo juego con Sonic y su cuadrilla como protagonistas sin tener nada de “Sonic” empieza a ser alarmante. Siendo consecuentes, todos los jugadores saben que Sonic no es Mario; el fontanero sostiene sin problema cualquier bodrio de tercera que Nintendo quiera endosar a sus fans. Y éste no es el caso del personaje y juego que nos ocupa. Tan poco “Sonic” es este Sonic que juegos como el fantástico Sonic Spinball de Megadrive tienen más empaque que esta nueva entrega.
Sonic Riders Zero Gravity es un juego de carreras. Uno más dentro de la marabunta de clones de juegos con mascotas como protagonistas. Un WipeOut de última generación ultra cute pero mega difícil y cabreante. El control con el Wii Mote es lo más torpe y desesperante que encontrarán los jugones en mucho tiempo. Ver cómo se arruina una carrera detrás de otra por culpa del “sencillo pero idiota y poco manejable control” hará que el desesperado usuario opte por conectar un mando de Game Cube a la consola para poder jugar en condiciones. Y es de agradecer, ya que el tutorial obligatorio que abre la aventura es de los más difíciles que se pueden ver en un juego. Pillarle el truco a los nuevos movimientos hará que se tarde más de media hora en poder jugar en serio a la aventura.
Una vez dentro, el esquema de avance es el mismo visto en miles de ocasiones. Modo historia, carrera simple, competiciones, extras, etc. que se irán desbloqueando a medida que se superan misiones. El equipo con el que se empieza consta de varios héroes, pero una vez superada gran parte de la historia estarán disponible hasta 16 personajes, cada uno con su peculiar forma de control.
En el modo historia la frustración es el denominador común. Cada trazado hay que memorizarlo a la perfección durante varias vueltas para lograr llegar el primero a la meta, y estamos hablando de varias carreras, una detrás de otra, hasta que se logra el objetivo marcado. Y no es que sea muy estimulante perder un evento por un fallo milimétrico en la última curva. Otro handicap que eleva la dificultad hasta cotas insospechadas es que cada trazado sólo se salva una vez superadas todas sus misiones. Si a esto se le añade que cada personaje tiene su forma de control y hay que aprender a jugar con todos, ya que en un principio no son seleccionables, podemos decir sin miedo a equivocarnos que Sonic Riders Zero Gravity es uno de los juegos más difíciles que han pasado por la redacción de la Revista Fanzine Digital.