Quién podría pensar que, tras obras maestras como Final Fantasy o Kingdom Hearts, Square-Enix volvería a obsequiar al mundo entero con otra franquicia con no menos éxito y futuro que las anteriores: The World Ends With You (TWEWY). La veterana compañía ha aprovechado toda su experiencia en el sector para, en vez de hacer un remake o una nueva entrega de alguna de sus míticas sagas, crear un título único en su género (si es que se le puede encasillar en uno). Esta nueva joya de Square es, ante todo, un juego que rompe con todo lo establecido. Una de esas grandes obras que aparecen muy de vez en cuando y que, tanto por su autenticidad como por su carisma, abren puertas hasta entonces cerradas y se hacen un hueco en el corazón de los aficionados con facilidad.
Así es The World Ende With You, una creación atípica a la que al principio cuesta acostumbrarse. Además, al no tener ningún otro nombre en el mercado con el que compararse, ya de inicio desconcierta lo suyo al usuario. Ahí todo comienza con un chico que aparece solo y desorientado en un cruce abarrotado de gente, donde recibe un mensaje en el que se le insta a completar una misión diaria o será “borrado de la faz de la tierra”. De esta manera, Neku se ve enrolado en un sinfín de aventuras y combates para preservar su propia vida.
Nunca combatir fue tan placentero
Para llevar a cabo todas las misiones, el joven protagonista contará con la ayuda de Shiki, una chica dicharachera jovencita que será parte fundamental del cartucho. Ambos deberán aprender a entenderse y a llevarse bien para superar cada reto que se les plantee. Y entre ellos está, por supuesto, el de los combates. Ésta es una de las partes más características y divertidas de TWEWY (aunque si a alguien no le resulta tan apasionante, también cabe decir que los enfrentamientos no son aleatorios, sino que los escogen los usuarios). Cada personaje ocupa una pantalla de la DS: Neku, la inferior; y Shiki, la superior. Ambos comparten enemigos y la misma barra de energía. Al primero se le controla por medio del stylus (a través de diversos movimientos en la pantalla táctil se ejecutan los ataques o los combos); y al segundo, se le controla por medio de la cruceta. De esta manera, cada enfrentamiento se convierte en un derroche de adrenalina en el que hay que poner los cinco sentidos.