Los largos diálogos con los que se desarrolla la aventura presentan unos artworks gigantes que muestran perfectamente sus emociones y se mueven según varía la conversación. Además, las escenas de vídeo están representadas por medio de la doble pantalla de la DS a modo de manga japonés y son de lo más espectacular visualmente hablando que se ha visto en ninguna portátil de Nintendo.
Lo que son las escenas de exploración por la ciudad y los combates tampoco desmerecen en absoluto. Están representados por sprites en 2D que se mueven con total fluidez por toda la pantalla y que no pierden un ápice de calidad en tanto la cámara se acerca o se aleja.
En cuanto al apartado sonoro, sólo hay que decir que cuenta con una banda sonora propia, con más de veinte temas exclusivos. Además, en algunos momentos muy puntuales los personajes cobran voz, algo que ayuda bastante al desarrollo de los diálogos y las escenas de vídeo. Eso sí, en inglés. Y éste es el gran punto negro del título. Que a estas alturas un juego de esta envergadura, que además cuenta con horas de diálogos, no esté traducido, es un hecho negativamente asombroso y que cierra las puertas a bastantes usuarios.
En su favor, esta nueva entrega de Square-Enix cuenta con una dificultad ajustable, que la convierte en un asequible para todo el mundo. Además, las más de 25 horas de juego, unidas a un argumento muy original y cuidado, hacen que, sin darse cuenta, cualquiera se pase el día y la noche ante la pantalla de su Nintendo DS. Esta obra maestra, sí lo merece.