Una portátil gigante
Una vez más las dimensiones de PSP permiten que aun con menores procesadores (eso sí, la actualización de firmware de la consola ha subido su rendimiento para la ocasión permitiendo este despliegue) un título como este luzca como si corriese en una máquina muy superior. Algo que con las señas de identidad de God Of War lo lleva a una posición privilegiada, y cuando apenas iniciando la aventura nos enfrentamos a una bestia de tamaño atroz que destroza el escenario, sabemos que estamos a las puertas del mayor espectáculo que jamás hemos presenciado en portátil.
Después todo sigue en su línea: puzzles más o menos alambicados, muchos meramente a modo de trámite (alguno de juzgado de guardia), enemigos finales que nunca llegan a ser tan grandes como el primero y concatenación de segundones que van creciendo en peligrosidad obligándonos a potenciar nuestras armas (que incorporan novedades, cómo no espectaculares) con el fin de mantener a raya la dificultad creciente del juego.
Aun así, God Of War es una aventura hecha para gustar y hacer disfrutar al jugador. En su nivel normal y posiblemente por las condiciones de juego de portátil, los puntos para grabar partida aparecen con tanta regularidad que parecen un insulto a nuestras habilidades, algo que podría servir para que algunos decidan saltar a otros niveles. Eso no quiere decir que metidos en batalla la sencillez nos permita superarla sin emoción, ni que nos deje sin la sensación de haber hecho algo meritorio para pasar por encima de nuestros numerosos enemigos. Lejos de eso, lo que siempre ha hecho que en God Of War avancemos sin descanso es la necesidad de ver qué viene después, y la implicación en su causa que nos hace querer mejorar como jugadores cuando en otros títulos habitualmente nos vale con ver cómo podemos superar de cualquier forma al enemigo de turno.
Con el tono adulto que siempre ha pretendido, sin rubor para hacer referencias sexuales para quien dude si tanta carga de violencia es o no apta para menores (mención especial a los placeres que ha de causar a mujerzuelas que encuentra por el camino para subir energía), esta entrega supone un ejercicio de optimización sublime, en el que la máquina ni tan siquiera nos obliga a largas esperas cargando información por la excelente gestión de precargas que siempre la deja con la lección sabida de antemano, y que hace de la nueva distribución de controles para PSP una fórmula incluso mejor para combinar magias y combos.
Aficionados a la acción y seguidores de Kratos, PSP tiene un nuevo Dios y fiel a su nombre, cumple al dar guerra. Si lo tenéis ya en vuestras manos habréis llegado a este punto asintiendo. Si no, francamente, tenéis algo que hacer antes de pasar página.