Chun Soft desarrolló en 1995 el juego que nos ocupa para Super Nintendo y jamás vio la luz fuera de sus fronteras. Más de una década después, Sega recupera el juego mejorando los gráficos e incluyendo novedades táctiles y jugables y lo exporta para que los amantes de los RPG´s se vuelvan locos con su sencillo planteamiento pero puñetera dificultad.
En la piel de Shiren y acompañados de su zarigüella Koopa, el jugador recorre amplios escenarios en busca del Cóndor Dorado. La base del juego es sencilla: el protagonista se mueve en mazmorras que se generan de forma aleatoria, en cuadrícula y cada movimiento cuenta como un avance del personaje. Los enemigos se mueven en turnos sucesivos y todo queda reducido a un esquema de tabla de ajedrez. Cada movimiento debe ser estudiado con calma, ya que andar consume puntos de vitalidad y cuando esta baja mucho Shiren empezará a perder salud. Comer arroz para recuperar fuerzas es la única forma de eludir este problema. Las armas y defensas se encuentran repartidas por los pisos de los escenarios y sus combinaciones ofrecen pocas variaciones estratégicas: el protagonista se debe equipar con lo más fuerte que encuentre y ya está.
La gran dificultad de este juego reside en que la muerte es fulminante; es decir, una vez derrotado no existe posibilidad de volver a intentarlo sino que el aventurero empezará desde el principio, perdiendo todo el nivel y objetos conseguidos. Esta es la gran maldición del género del “roguelike”. Por ello hay que cuidar al milímetro todo lo que el jugador hace para llegar con éxito al final de la aventura.
Mejoras del siglo XXI para un juego del XX
Las novedades para la versión de NDS vienen en forma jugable más que en tema de gráficos, que son preciosos sprites de los de antaño, con más definición que los de la Super Nintendo pero con el mismo encanto. La pantalla táctil puede usarse con o sin el lápiz y la doble pantalla puede mostrar diferentes estadísticas o mapas.
Además se ha incluido un modo wi-fi que pretende ser el gran aliciente. Mediante un sistema de códigos o de conexión por red los usuarios pueden ayudarse en sus aventuras y rescatar a los jugadores caídos. Si el personaje muere en una de las mazmorras finales queda la opción de solicitar socorro. Ahora bien, hasta que otro escuche la llamada de auxilio pueden pasar siglos. Por ello, aunque es un sistema novedoso para avanzar, no deja de ser torpe y en el fondo poco eficaz.
La forma más sencilla de engañar a la muerte es apagar la consola antes del fatídico Game Over; pero ojo: no siempre funciona. ¡En ocasiones la rom detecta que se está haciendo trampas y devuelve al protagonista al principio mismo del juego! Los programadores contaban con ello, desde luego.
Por ello podemos asegurar que la vida útil de este Mystery Dungeon es larga a más no poder. Los que se enfrenten a él van a tardar mucho tiempo en acabarlo siempre y cuando no se sientan derrotados por su elevada dificultad. La gran pega junto a esto es que se encuentra en inglés, por lo que si se suma su clasicismo y dificultad puede terminar por influir negativamente en su compra.