Demasiados bugs en el camino
Era de esperar que tanto alarde técnico tuviese un precio a pagar. La pregunta que se debe formular cada usuario es si no es éste demasiado alto. Lo primero, el nivel de optimización del título es prácticamente nulo. Necesitamos una tarjeta gráfica de gama más que media-alta para disfrutar bien del juego, que no a tope; y títulos más potentes gráficamente exigen unos requisitos mucho menores que AOC, lo cual dice poco a favor de los desarrolladores. De esta manera, Age of Conan se puede convertir en un producto prohibitivo para millones de jugadores, que incluso con equipos informáticos nuevos no llegan para disfrutar decentemente de este título.
Por otro lado, tanta exuberancia gráfica obligó a la Funcom a dividir el universo en innumerables zonas, cada una con sus correspondientes tiempos de carga.
Y, por último, la versión final que se lanzó mundialmente no está todo lo pulida que cabría esperar. Mientras que Funcom trabaja a destajo y presenta actualizaciones casi a diario para corregir los defectos, el paso de los usuarios por Hyboria se puede convertir en un cúmulo de bugs y fallos del interfaz que boicotean el disfrute de cada uno.
La creadora de Anarchy Online ya se ha puesto manos a la obra y con el tiempo seguramente se mejorarán estos apartados. Está por ver si los clientes tendrán la suficiente paciencia para seguir pagando su cuota de 13 euros mensuales por un producto con demasiadas taras pero que, si ellos quieren, se puede convertir en el nuevo referente de los MMORPG. Salta a la vista, AOC tiene potencial para solucionar cualquier problema y permitir que todos aquellos que lo deseen se adentren en el mágico universo de Conan. ¡Sé bienvenido a Hyboria!