Todas las ideas concebibles para un juego de lucha, y algunas inimaginables, se han juntado en Super Smash Bros. Brawl para hacer de él, así de claro, el mejor del género sin matices. Cierto que habrá quien prefiera combates más realistas, más técnicos, o incluso más sangrientos. Pero el título de Nintendo demuestra que se puede prescindir perfectamente de esos rasgos y triunfar si se tiene la diversión pura y dura y la originalidad por bandera.
Partiendo de la aparentemente simple premisa de un “todos contra todos”, se esconde un mundo de posibilidades y horas interminables de disfrute que tiene su base en su casi inagotable elenco de estrellas. Ahí cuenta con todo un repaso a la historia de las consolas donde grandes figuras se han reunido para la ocasión: a los pesos pesados de Nintendo como Mario, Link, Pikachu o Donkey se le suman invitados de postín tales como Sonic (algo impensable hace unos años), Ike o el mismísimo Solid Snake. Personajes que ya de por sí arrastrarán a multiples fans a probar esta maravilla.
Reunir a todas estas estrellas juntas y ver cuál es la mejor (aunque seguro que cada uno tendrá su idea preconcebida) es la premisa principal. Los combates pueden ser entre dos, cuatro, seis o incluso ocho personajes, y a diferencia de cualquier otro título de lucha, en éste el objetivo no es quitarle al enemigo la vida por medio de una barra de salud: el fin es debilitar por cualquiera de las miles de formas a nuestro rival/es y echarles del escenario.
Para ese cometido contamos con una infinidad de golpes, perfectamente definidos por cada protagonista, y una interacción absoluta con el entorno. Esto incluye recoger los objetos que aparecerán en mitad del combate y, entre otras cosas, comer una seta para doblar el tamaño, martillear la cabeza al rival o perforarle el pecho con rayos láser. Además, cada escenario tiene vida propia: un gran número de trampas, trucos y armas que obligan a estar igual de atentos al rival como a todo aquello que nos rodea. Esto degenera en un desenfreno total sobre el campo de batalla en que tanta libertad y posibilidades, hacen que ningún combate sea igual a otro.