Su exitosa campaña atrapó a propios y extraños en largas horas de planificación militar. A mitad de camino entre la expansión y la continuación, existe de nuevo gran riesgo de volver a quedar enrolado en sus tropas para siempre.
Premiado en el pasado ECTS como 'mejor juego de portátiles', el segundo episodio de las 'Advance wars' vuelve a poner en marcha la maquinaria bélica en estrategia de bolsillo, alargando la oferta de su afamado precursor.
La llegada a Europa del mismo, como forma de madurar las dos entregas niponas no exportadas de "Gameboy wars", logró un éxito incuestionable a la hora de traer un género habitual en PCs y con muy escasa presencia en la GBA. Bajo el sistema de combate por turnos, lo que a priori era un concepto de videojuego difícil de conciliar con el catálogo de la consola, descubría a quienes apostaban por él un adictivo mundo de posibilidades que captaba a los reacios y les mostraba un nuevo modo de enfrentarse a enemigos sin que el ritmo decayera en ningún momento.
Y ahora llega la secuela como forma de seguir un camino correcto, traduciéndose pues en un nuevo repertorio de misiones -con mayor necesidad estratégica- y retoques adicionales como nuevas unidades o el uso de un mayor catálogo de personajes (anteriores rivales), todo para seguir disfrutando de sus virtudes en el curso de una nueva historia.
De esta manera, para hablar de qué hace de 'Advance Wars' uno de esos juegos imprescindibles, hay que ahondar en cuestiones comunes a ambos títulos de igual forma valiosas. Para ello es necesario remarcar que la mención a los reacios al género no es gratuita: superar las iniciales reticencias por parte de quienes tienen una mayor devoción por la acción, supone encontrarse con aquello que buscan -la acción- en su mejor expresión, aunque en un medio diferente que en principio poco tiene que ver. Que la habilidad se concrete en una decisión tomada con el tiempo que estime el jugador, no supone en ningún caso restarle fuerza a combates que se van encrespando obligando a buscar más y más vías para subyugar a nuestro rival. El ingenio en el despliegue de tropas, la forma de plantear el combate y los ataques, se unen a la decisión oportuna en el momento preciso, pudiendo un solo movimiento marcar el rumbo de la batalla.
Las distintas formas ofrececidas para entrar en materia, rodean al modo campaña que resulta el más adecuado para iniciarse, estableciendo una instrucción progresiva para instruirnos en las características de cada parte de la maquinaria bélica, a la vez que se nos ofrecen interesantes consejos imprescindibles para llegar a enfrentarnos con posibilidades a nuestro rival. Curiosamente, esta belicosidad descarada -no hay que olvidar que el lanzamiento del Advance Wars fue retrasado tras los atentados del 11-S por su "inadecuada temática"- se desarrolla por entre personajes de tipo manga, con un aspecto infantil con el que trivializar las matanzas. Pero toda la puesta en escena, sus gráficos estrictamente funcionales, su soniquete alegre con alteraciones según los momentos de las batallas (como cuando usamos uno de nuestros poderes para desplegar un ataque) y los simpáticos diálogos entre uno y otro bando, se instrumentalizan en su naturaleza de compendio de inteligencia y habilidad, ideal para cualquiera al que le guste dar la oportunidad de dedicar unos minutos a introducirse en su mundo, a cambio de emocionantes partidas de horas -bendita función de guardado- tratando de liderar ejércitos rivales. La riqueza de las misiones en un mayor desarrollo, ayudan pues a sacar un mayor partido a todo el marco creado y por ello usuarios avezados podrán seguir disfrutando de su oferta sin echar de menos nuevos alicientes.