Imaginad: Un día soleado, de los que apenas se disfrutan en una ciudad como París...¡oh!, París, qué bonita ciudad...Con tantas cosas para disfrutar: la torre de metal, los extensos jardines, los arcos triunfales, los palacios aristocráticos, la tortilla...
Seguid imaginando: acude mi "manager" para informarme de nuestros planes:
-¡Nos vamos a Dakar!- afirma con entusiasmo el pobre Pierre.
Yo, impertérrito, le miro y le contesto
- De eso nada Pierre, Yo me quedo aquí-.
Él, estupefacto, insiste -¡Pero Jean Paul, tenemos que irnos a Dakar!, ¡¡¡es lo que dice aquí, en el último juego de Acclaim: el París Rally Dakar!!!.
Yo, convencido ya de que los próximos días los pasaré en la ciudad del Sena, sentencio:
-¡Ah no!, ¡Así sí que no me muevo!, ¡Con ESE París Dakar yo no voy a ninguna parte!
Así que tras muchas discusiones con el pobre Pierre me he quedado en París. Porque -seamos sinceros- lo que nos propone Acclaim con su París Dakar Rally (PDR) es poco menos que aborrecible. Aunque ellos digan que nos espera una aventura espectacular, con cuatro tipos diferentes de vehículos (moto, camión, boggie, quad), con numerosas y largas carreteras polvorientas con numerosos caminos a elegir, siempre en una de las competiciones más importantes del mundo... yo, tras echar un vistacillo, he decidido que no voy, que me quedo.
Y es que la realidad que nos ofrece PDR es muy diferente. Las opciones: mínimas. Consigue llegar hasta la meta y tendrás una nueva pista y un nuevo vehículo -prácticamente igual al que ya tenías-. Los modos de competición: los justos. Contrarreloj, arcade y campaña -olvidaos de multijugador o pantalla compartida, no da para más-.
¿Caminos alternativos?, ¿qué puedes llegar a meta por lugares variados?...bueno, sí, pero atente a las consecuencias ya que si sales del camino trazado tu velocidad punta se reducirá hasta la exasperación. Y para aquellos que seáis rebeldes y os guste circular por los polvorientos desiertos o profundas gargantas, el programa se encargará -muy amablemente, eso sí- de devolveros al camino recto. Así que ya sabéis: lo mejor, ir por el caminito marcadito en el mapita.
Acclaim tiene nivel y nos ha dado muchas alegrías. Por ello es del todo incomprensible que adquiera una licencia para transformar en videojuego una competición tan apasionante como el París-Dakar y la convierta en algo como esto. Somos muchos los que de nuevo -porque ya ha habido varios intentos- nos quedamos con los dientes largos a la hora de ponernos al volante para realizar tal hazaña. Otra vez, preferimos quedarnos con lo que ya teníamos y esperar a que alguien realice un programa con las expectativas de todo lo que puede ofrecer un rally de estas magnitudes-. ¿Posibilidades?, son ilimitadas.
Aprovéchenlo, señores, por favor. Para colmo PRD necesita un equipo de más que altas prestaciones para dejarse jugar a medio rendimiento. Mi pobre Pentium III a 750 ha cogido complejo de cafetera tras esta dura experiencia.